Nos alimentó con vino, transmitiendo vida en cada gesto, en cada mirada. Situando la escena, dándole a cada uno su sitio. Gestionando la necesidad de sentirse únicos a cada uno de los presentes. El hombre detallista, que aprendió a mirar. Atento a cada movimiento y susurrando a todos los que se cruzan en su radio de acción :¡ Estas aquí para vivir, no lo pienses más!.
Un hombre con dimensión, auténtico, noble, fiel, leal, rápido, brillante, descarado,duro, divertido, compinche, con mucha calle, protector, tierno, admirable, algo cabezota, dócil al cariño, con un perfil muy interesante, algo de peter pan y una gran humanidad en sus manos. Un maestro de la vida, un druida de la emoción. Mantuvo la velada a puro ritmo de teatro. La clase y el estilo de este hombre son inusuales!!. Sabe leer el mapa de tus sentimientos, ubicar tus miedos, tus fantasmas y dotarles de las herramientas para convertirlos en una ventaja. En él, cobra sentido la palabra respeto.